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La asertividad es una habilidad comunicativa que trata de encontrar un equilibrio entre el respeto interno, hacia uno mismo y hacia los demás en todas las situaciones de la vida, incluso en las desagradables o con las que no nos sentimos cómodos. Coloquialmente se denomina asertividad a la capacidad de saber decir que no, sin embargo, va más allá del NO. Se trata de poder poner límites intrapersonales e interpersonales que favorezcan el desarrollo mutuo. A través de la asertividad podemos decir a algo que no, expresar opiniones, deseos, sentimientos… de manera clara y respetuosa con el otro y con nosotros mismos.

La comunicación también puede ser pasiva o agresiva. Habitualmente tendemos a comunicarnos desde uno de estos dos polos.

Veamos el siguiente ejemplo de Comunicación Pasiva:

  • Terapeuta: Hola, ¿cómo has estado desde nuestra última sesión?
  • Paciente: He tenido problemas para decirle a mi compañero de trabajo que no puedo cubrir siempre sus turnos extras. No quiero decepcionarlo, pero necesito tiempo para mí.
  • Terapeuta: Entiendo que te preocupe decepcionar a tu compañero, pero es importante establecer límites saludables. ¿Has intentado comunicarle tus necesidades?
  • Paciente: No, no sé cómo hacerlo sin sentirme mal.

En el ejemplo estamos viendo una respuesta de tipo pasiva, en la que la persona no es capaz de establecer sus límites y decir que no al otro por evitar el rechazo social, sin embargo esto le perjudica a él mismo.

En la siguiente escena se muestra un video de una Comunicación Agresiva:

¿Cómo logramos entonces una Comunicación Asertiva?

Para poder empezar a aplicarlo en nuestro día a día podemos probar a implementar el siguiente esquema:

  1. Empatizar.
  2. Expresar mi Opinión/ Límite/Deseo sin ofender al otro.
  3. Si la persona es suficientemente importante para mí, le ayudo a buscar una solución.

 

 

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