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Según la información publicada en la prensa, cada usuario de redes sociales en España pasa cada día, más de 1 hora y 39 minutos conectado (datos de Enero de 2019). Probablemente, en una situación como la actual estas cifras se queden cortas. Por tanto conviene recordar los diferentes riesgos de la utilización de las redes sociales:

Adicción a las redes: ya se está tratando por algunos/as psicólogos/as los casos extremos de uso de las redes sociales por horas y horas, y este es un fenómeno creciente y peligroso, también empieza a haber hasta clínicas de desintoxicación de redes.
Publicar exceso de contenidos: sin darnos cuenta podemos subir muchos más contenidos de los que pensamos, dando información personal, de donde estamos, que hacemos, con quien lo hacemos, con quien nos relacionamos, que pensamos, o incluso que vamos a hacer. Un ejemplo: si lucimos en nuestros contenidos fotos con nuestros coches, joyas, equipos de sonido, TV, etc.,, mostramos el lugar donde vivimos con todo detalle, y además compartimos en tiempo real que nos vamos de vacaciones a Hawai por dos semanas,¿que más necesitan saber los amigos de lo ajeno?.

Permanencia de nuestra huella digital: aunque tenemos derecho a borrar nuestra cuenta y todo su contenido, en la práctica una vez subido un contenido, ya no podremos controlar si este ha sido descargado, redifundiendo, incluido en otras redes, o que se ha hecho con él.
Exceso de compartir contenidos: muchas veces no limitamos la publicación de nuestros contenidos a nuestro círculo cercano, sino que permitimos que llegue al público en general, de manera que no podemos controlar su difusión.
Exceso de permisos: normalmente no revisamos los permisos estándar de nuestras reds, de manera que permitimos a las empresas propietarias que puedan acceder a nuestros datos (geolocalización, datos personales, etc), analizar, aplicar inteligencia artificial para predecir nuestro comportamiento, y sobre todo vender nuestros datos a terceros. Nos dicen que esos permisos se usan por ejemplo para darnos publicidad de eventos cercanos o interesantes para nosotros, pero a la vez se usan para muchas más cosas, sin nosotros darnos cuenta.
Contrato desequilibrado: los contratos de las empresas propietarias de redes sociales, que son enormes corporaciones, son contratos de adhesión, que normalmente aceptamos sin prestar atención, pero en ellos aceptamos pérdida de nuestros derechos, no podemos cambiar ningún aspecto que no nos convenga, y al ser empresas normalmente de USA, los contratos se basan en las leyes USA, con tribunales en USA y limitación real de nuestros derechos .
Posibilidad de fraude económico: al incorporarse opciones de pago, y soluciones de comercio electrónico dentro de las redes, cada vez estamos más y mas expuestos a sufrir algún tipo de fraude, porque las redes sociales no aportan la experiencia, conocimiento y grandes inversiones que se han realizado para evitar el fraude en el comercio electrónico.
Robo de credenciales de otra persona: acceso indebido a nuestras cuenta, bien para producir fraudes, para generar mala imagen del titular, para generar fake news, o incluso para pedir rescate.
Suplantación de personas: cuenta dada del alta simulando ser otra persona, normalmente para dañar la imagen o difundir fake news. También para realizar fraudes económicos: si suplantan a personas famosas, fraudes a admiradores, fans, seguidores de cantantes, y también redirección a concursos, donaciones, premios, etc.

¿COMO PODEMOS EVITAR ESTOS RIESGOS?

  • Haciendo un uso prudente de las redes, tanto limitando el tiempo de conexión, como la publicación de contenidos
  • Recordar que los contenidos que compartimos, una vez en las redes son difíciles de controlar su difusión y la permanencia de los mismos
  • Recordar que las empresas pueden revisar mis redes sociales en un proceso de contratación, o incluso la empresa en la que trabajo en la actualidad
  • Cuidar las credenciales y claves como cuidamos las de los bancos y tarjetas
  • Conocer las condiciones que nos imponen los contratos de estas redes, para poder decidir su forma de uso
  • Revisar periódicamente los permisos de cada una de las redes, y limitarlos para su funcionamiento normal, sin otorgar permisos excesivos
  • Contrastar la fiabilidad de la información que recibimos antes de compartirla, y no participar en difusiones masivas de contenidos
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