A veces, podemos confundir la tristeza con la depresión. La tristeza es una emoción básica que nos ayuda a conectar con los demás. Cuando estamos tristes, evocamos empatía en las personas que nos rodean, mostrando nuestra sensibilidad y necesidad de apoyo. Como seres humanos, estamos programados para relacionarnos con otros en todas las etapas de nuestra vida, incluso desde el momento en que nacemos, ya que dependemos de otros para nuestra supervivencia.
La tristeza nos lleva a buscar apoyo en quienes nos rodean, y esto a su vez motiva a las personas a querer ayudarnos o consolarnos. Es fácil observar esto en los niños pequeños: cuando un niño de unos 2 años ve a alguien llorar, intenta consolarlo a través del contacto físico, un abrazo o compartiendo un objeto de consuelo.
La función de la tristeza es totalmente adaptativa, ya que nos impulsa a mantenernos unidos como grupo. Pero, ¿qué hacer cuando nos sentimos abrumados por la tristeza? Lo más importante es permitirnos sentir la tristeza. Muy pocas veces a lo largo de nuestra vida nos han dejado experimentar la tristeza, piensa por un momento cual es el impulso que nos sale cuando vemos a una persona, ¿Qué has pensado? ¿Qué es lo primero que harías para consolar al otro? Decirle no llores, venga relájate, cálmate no hay que llorar, ¿lo ves? Es nuestra primera reacción tratar de no sentir. Esto es totalmente contraproducente pues el llano tiene la función de liberar la emoción, de expresarlo, es decir, de conectar emoción y cuerpo. El llanto nos autorregula y si nunca le dejamos salir podemos tener muchas dificultades emocionales. Es importante que expresemos nuestras emociones, que las sintamos y las aprendamos a regular sabiendo que lo único que están tratando de hacer es liberar tensiones y poniendo los sentimientos en orden. Veamos un ejemplo de cómo el llanto permite liberar nuestra emoción, conectar con el otro y expresar cómo nos sentimos:
Pero, ¿qué sucede si la tristeza es tan intensa que te impide salir de casa, realizar actividades de ocio que antes disfrutabas o trabajar? En ese caso, es importante reconocer que la tristeza profunda está interfiriendo en tu vida y te incapacita. En este punto, es crucial luchar contra ella para recuperarte. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, debes obligarte a retomar alguna de las actividades que solías disfrutar, comenzando por la que te resulte más fácil. Ve paso a paso y recupera tu rutina gradualmente, sin prisas. Si te encuentras en esta situación en este momento, te animamos a que nos escribas y compartas tu experiencia. Estamos aquí para ayudarte.