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Si alguna vez te has planteado si lo que sufres es dependencia emocional, sigue leyendo. Te damos algunas pautas para que sepas identificar qué es la dependencia emocional

Es frecuente las consultas de mucha gente manifestando que son dependientes emocionalmente de sus parejas, reconociendo que esto les genera una elevado nivel de malestar. Es importante destacar que la dependencia emocional no solamente aparece en las relaciones de pareja sino también en otros vínculos como pueden ser las amistades y las
relaciones familiares.
Somos seres sociales y por esta razón forma parte de nuestra naturaleza la tendencia a vincularnos con otras personas. En lo que respecta a las relaciones de pareja, es natural experimentar el deseo de sentirnos amados y valorados por la otra persona, así como un deseo por mantener un contacto íntimo. Sin embargo, cuando las bases de la relación se construyen bajo términos de <necesitar> al otro para satisfacer esos deseos entonces aparece el riesgo de que la relación se convierta en una dependencia emocional.
Hablamos de dependencia emocional cuando existe una necesidad insaciable de afecto del otro, de estar en contacto con el otro y esperar algo de esa persona.
La dependencia emocional tiene su origen en las primeras experiencias relacionales de nuestra vida, es decir en la infancia que es donde se edificaron los patrones afectivos y las habilidades de independencia y diferenciación de las figuras de apego (los principales cuidadores). Cuando en la infancia quedaron insatisfechas necesidades emocionales, aparecen en etapas adultas una falta de autoestima, una falta de valía personal y una percepción negativa de sí misma que lleva a esa persona a refugiarse emocionalmente en los demás, idealizando a la otra persona, tratando de evitar conflictos, experimentando un miedo extremo a la soledad, poniendo en un segundo plano los deseos propios… todas estas manifestaciones desencadenarían en consecuencia una actitud de sumisión en sus relaciones como una forma de evitar el abandono dejando al otro en un lugar de poder. En el ámbito de la pareja, la persona dependiente puede incluso llegar a confundir este concepto con la idea de amor romántico, aceptando algunos mitos asociados como el que el amor es fusional, que la pareja tiene que estar de acuerdo en todo y compartirlo todo, y que el otro nos completa.
La dependencia emocional puede tener repercusiones graves en la salud mental, dando lugar a un profundo malestar y sufrimiento, miedos e inseguridades, deconstrucción de la autoestima, síntomas somáticos, ansiedad, depresión, renunciar a su propia autonomía y autocuidado, reducción de la calidad de vida, llegando incluso, a mantenerse en una relación de violencia.
En este sentido, es recomendable que la persona que presente este tipo de patrón pueda solicitar ayuda psicológica explorando el origen de estos patrones y tomando conciencia de los factores que lo mantienen con el fin de establecer vínculos afectivos saludables y alcanzar una vida más plena.
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